En 1979 cuando Vietnam invadió Camboya, el presidente del Salvador es derrocado, o la madre teresa recibe el premio Nobel de la paz y suceden muchos otros aspectos históricos alrededor del mundo que no afectaron la visión de un hombre de Dios que no le importo dejar sus planes de vida para cumplir los planes de Dios que lo llevarían a estar en nuestra memoria y principalmente en nuestras oraciones
Jehová Timoteo Filho de Oliveira junto a su esposa Ivanilda Timoteo y sus dos hijos quienes después de escuchar la voz de Dios toman la decisión de asentarse en Cuenca-Ecuador, sin importarles lo conservadores que fuesen, o lo difícil que seria alcanzar las almas perdidas; ellos tenían un compromiso con Dios y harían lo posible por lógralo, e inician su enfoque en un local arrendado en la calle Juan José flores donde se celebra el primer culto el 6 de octubre de 1979 en la flamante Iglesia Asamblea de Dios con una alegría inmensa sin imaginar siquiera lo que sucedería 36 años después. Posteriormente a esto la congregación continua en la calle Tomás Ordóñez y Sucre para luego establecerse por 14 años en las calles República y Octavio Díaz
El trabajo del pastor Jehová fue muy productivo ya que Dios lo respaldaba constantemente y a pesar de la dureza de corazón de la gente de esta ciudad el fue alcanzando almas, seis años más tarde de su estadía regresa a Brasil, su país natal dejando a cargo al pastor Patricio Gavilanes quien asume el pastorado por el lapso de dos años.
La bendición de Dios cada día llenaba mas nuestra ciudad y esta importante obra no podía detenerse por lo que el misionero Waldeth Rodríguez asume la dirección de la obra teniendo un sinnúmero de problemas que con la mano de Dios los afronto y superó, y gracias al importante apoyo de varios hermanos se inicia con la construcción del templo central actual. A su regreso a Brasil deja la obra a cargo del misionero Moisés Melo Monteiro quien permanece al frente de la obra durante seis meses.
Finalmente a mediados de junio de 1992 el pastor Milton Armijos junto a su esposa Martha Cuenca llega a la ciudad de cuenca e inicia con una gran visión de hacer de esta ciudad, una ciudad entregada a Dios iniciando con la finalización del templo
Después de todos estos años de difícil y gratificante trabajo hemos visto las bondades de Dios en nuestro templo y hemos querido alcanzar el corazón de Dios y sabemos que lo hemos logrado varias veces, y al cumplir 36 años desde la fundación de este templo, podemos gritar con todas nuestras fuerzas “Dios ha sido Bueno”